Madrid intenta reparar sus
cicatrices, mientras Europa resiste las convulsiones de la II
Guerra Mundial. Elvira (Leonor Watling) necesita un trabajo, y lo
encuentra en casa de Pablo (Leonardo Sbaraglia), un empresario
argentino de origen alemán.
Para Elvira, ese empleo representa
no sólo el medio de sostener económicamente a su familia, también
es una puerta a un pasado que creía perdido, un paraíso de belleza
y poesía que se cerró para ella después de que los fascistas
fusilaran a su padre.
Fuera de esas cuatro paredes, Pablo
y Elvira pertenecen a dos mundos irreconciliables, y saben que la
pasión que crece entre ellos tiene los días contados.