Franco pasa sus últimos días en el
Palacio de El Pardo, entre delirios del pasado, y rodeado de su
familia y su fiel séquito militar. Éstos, desesperados por el
delicado estado de salud del Caudillo, deciden recurrir a la
medicina alternativa de la Doctora Müller: una moderna mujer
alemana que, ante el asombro de todos, terminará convirtiéndose en
la mano derecha del Generalísimo.