El uso de maniquíes para los últimos
términos.
Podrá parecerte, en principio, una
idea completamente disparatada, pero tengo experiencia práctica en
el uso de maniquíes y puedo asegurarte que funcionan realmente muy
bien. Cuando hice "El mercader de Venecia" para la televisión
americana, tenía escenas en las que hasta setenta extras eran en
realidad maniquíes con extras de verdad mezclados entre ellos en
primer término, más cerca de la cámara. Aunque parezca inversímil,
¡no hay forma posible de adivinar que no todos respiran!
La ventaja no es sólo económica.
Cuando se trata de hacer un movimiento de cámara difícil o un
cambio de foco, a menudo resulta muy difícil aleccionar incluso a
los extras profesionales para conseguir que permanezcan exactamente
en sus marcas. Se pierde una gran cantidad de tiempo sólo en
colocar los cuerpos en su sitio y mantenerlos allí. Debe tenerse en
cuenta que, en muchas de estas escenas, el verdadero decorado se
compone casi exclusivamente de seres humanos. Es muy importante el
hecho de que no vemos más que algún detalle ocasional y muy
cuidadosamente elegido de la casa. Debe tenerse presente también
que todo este material está filmado a la vista por equipos de
cámaras documentales, expertos en cinéma-vérité y demás. Esto
quiere decir que los focos utilizados para filmar a los actores
principales no se ocultan sino que se muestran en la pantalla y que
estos focos están fijos sobre los protagonistas. Finalmente, puesto
que gran parte de este rodaje está hecho con objetivos largos y
fijos, la gente del fondo no sólo estará a oscuras, sino muy
difuminada.
Tengo los costes de Francia del
tipo de maniquíes que necesito y, aunque no tengo aquí conmigo las
cifras, el total es de lo más razonable. Podemos traer los
maniquíes de Francia o bien conseguirlos en España. Debo aclarar
que nunca encuadraríamos a ningún figurante por debajo de las
rodillas -al menos en lo que respecta a los maniquíes- y por lo
tanto estos maniquíes se sostendrán sobre bases sólidas que sujeten
las figuras con firmeza y permitan su fácil traslado.
En las escenas en las que puedan
usarse maniquíes, podemos calcular que se reducirá la necesidad de
extras reales en un 30 ó un 50%.
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ORSON WELLES