Será dificil encontrar en la
historia de las adaptaciones al cine un guión más infiel que el de
"Two Much". El material de la novela no ocupa más de un folio [...]
Digamos que es una novela negra con mucho humor. Es una novela
bastante especial porque trata de un personaje amoral, cercana al
mundo de Jim Thompson: un tipo de comedia áspera y muy negra.
Cuando lo leí, pensé que había una buena idea para una comedia. Me
acuerdo que en una entrevista a la revista francesa Polar, Westlake
decía que para él era un experimento escribir una novela sobre un
canalla y comprobar si los lectores le seguían y se involucraban en
lo que le pasaba a este personaje. Es una novela casi de realismo
sucio. Por citar las principales diferencias, en la novela, que no
transcurre en Miami sino en las afueras de Nueva York, él es un
tipo que va detrás de la pasta, no es pintor y no tiene una galería
sino un negocio de postales de esas que llevan una frase y tiene
muchos problemas económicos; están estas dos ricas herederas, pero
en el libro son gemelas; y la razón por la que se inventa el
hermano gemelo es para realizar una fantasía sexual y a la vez
levantarse el dinero de estas herederas; y él acaba matándolas.
Pero la diferencia mayor es que
cuando yo decido hacer la película, lo que a mí me interesa es
retratar un personaje que tiene algo de canalla pero con el que se
puede establecer una especie de proximidad, algo necesario para el
tipo de comedia que yo quería hacer. Luego, para el cine, el que
ellas fueran gemelas me pareció un completo error, no sólo por el
problema técnico, sino porque le hubiera quitado protagonismo y
eficacia al hecho de que él se invente un hermano gemelo. Lo que me
gustaba era cómo hacer una variante más sobre ese tema clásico del
disfraz o de la suplantación de identidad, pero que fuese una
variante mínima. Y eso es quizás lo que me atraía de la idea del
gemelo; es alguien que se disfraza de su igual, luego, en cierta
forma, no se disfraza. Y lo más dificil era mantener el equilibrio
entre el realismo, la verosimilitud y la tradición del género, que
no se me fuera a una payasada completa ni a lo dramático, y que no
se perdiera la eficacia de las situaciones, de los gags.
FERNANDO TRUEBA