Creo que, ante todo, es una
historia de amor en la que los protagnistas viven de y por la
música. Pero no es un tango si por eso se entiende, como yo
entiendo, una historia de sentimientos exagerados. Desde el primer
momento me pareció que en "Sus ojos se cerraron" tenía que mandar
la sinceridad [...]
Intenté que fuera lo menos llorona
posible, porque el tango, aun siendo de gran calidad, siempre se
entiende como una música "quejica", aunque sea en el buen sentido.
Como el flamenco, que es un "quejío". Pero no quería que hubiera
sobredosis sentimental. Ante todo he buscado la sobriedad. El tango
verdadero es sobrio. No tiene nada que ver con ese tango de señora
con raja en la falda, haciendo acrobacias. El tango es un señor
vestido de negro cantando. Lo otro, la exhibición, es algo
inventado en París. He querido un musical donde la vistosidad
estuviera dentro, en las caras de los intérpretes... La
espectacularidad están en la sensualidad de la historia, no en las
acrobacias del baile [...]
En el guión original únicamente
había tangos conocidos. Y eso lo cambié: la elección de los mismos
para mí tenía que dejar claro que el tango continúa evolucionando.
A diferencia de la copla, que se quedó estancada hace sesenta años,
el tango sigue vivo y yo quería hacer una película sobre el tango
que, en realidad, cambia y evoluciona.
JAIME CHÁVARRI.