Más que contar he intentado
analizar los sentimientos y las contradicciones del ser humano. Hay
sentimientos para los que estamos preparados y sentimientos para
los que no estamos preparados nunca. Estamos mal preparados para
las relaciones amorosas. Más que eso, creo que estamos mal
preparados para cuando fallan las relaciones amorosas, para cuando
sufrimos un desengaño, una situación en la que el ser humano
normalmente naufraga. Por mucho que veas que las cosas no
funcionan, cuando se produce, se altera todo, se altera el pulso,
se altera el ritmo vital. Me interesaba mucho bucear en esa
frustración, tan fuerte a veces como la propia enfermedad. Cuando
uno tiene una enfermedad lucha contra ella, pero cuando uno sufre
desamor, no sólo no lucha contra él, sino que a menudo se regodea
en estar pensando contínuamente en lo mismo.
[...] Yo he escrito con Ángeles
González-Sinde un personaje, pero a ese personaje quien le da color
es el actor. Ellos han dado al personaje una verdad fundamental,
como hacer creíble una relación entre dos hombres, eso no lo logra
el texto, sino que ellos echan mano de herramientas y vínculos
personales para conseguir que en pantalla uno les vea como una
pareja. Eso no se crea como una aventura del capitán Blas, que da
un salto, saca la espada y le rebana la cabeza a alguien. Aquí el
actor tiene que mover una serie de resortes íntimos para
trabajar.
GERARDO VERA.