Lo que más nos preocupaba tanto al
director, Bigas Luna, como a mí, era que, al ver la película,
alguien pensara que los protagonistas eran unos psicópatas o unos
seres enfermos o unos seres excepcionales. Estuvimos de acuerdo en
tratar de reforzar todo lo que llevara a hacer comprensibles las
relaciones entre los personajes y en no mantener su relación en un
plano que llevara a la gente a suponer que ésta es una historia que
no ha pasado nunca. Ésta es una historia que pasa en Madrid, en una
época determinada, en un país donde se dan unos condicionamientos
determinados.
ALMUDENA GRANDES.