Creo que "La reina anónima" es una
película de las que, cuando aprenda a hacer cine, tendré que
repetir. Y ya no podré. Porque me temo que es una de esas cosas que
pasan una vez en la vida. Es una película espontánea desde la
escritura del guión. Surgió de repente y sin la pretensión "a
priori" de decir algo. Sólo el hecho de hacerla ya me parece
positivo. Creo que porque tiene vida. Y en un momento en que el
cine español está tan triste, es saludable tenerla. Yo pienso que,
si la alegría es posible, es un deber, y que el pecado capital del
cine y de la vida es el aburrimiento. Y un error catastrófico que
hemos cometido durante mucho tiempo es hacer un cine que vende
problemas, en vez de sueños.
Creo que hay muchas reinas
anónimas, muchos héroes anónimos que son mucho más atractivos que
los que nos encontramos en las películas y en los libros; sobre
todo, en el libro de la Historia. De pronto te das cuenta de que
alguien, por normal que parezca, está viviendo la misma intensa
aventura que los héroes al uso. Toda persona, hombre o mujer, es un
héroe, un rey o una reina. Sólo hace falta que lo descubra. Que
descubra que puede gobernar su vida. Y eso está en la película.
También es la historia de esa
vecina de abajo que todos tenemos. La vecina es lo que nosotros
somos, o lo que somos y no sabemos, o lo que nos gustaría ser. Cada
uno tenemos la vecina que nos merecemos. Y Ana Luz tiene la que se
merece.
Esta película podría ser
neorrealista, porque no pasa nada que no pueda pasar. Es una regla
que me impuse hace tiempo. No me gusta la fantasía, el burro que
vuela, pero sí el burro.
GONZALO SUÁREZ.