"La noche más larga" es una
película de ficción [...] Cuando empezamos a trabajar el guión, nos
planteamos el tema de cómo podíamos tratar nosotros el año 75 desde
el 90 en que nos encontrábamos. No tenía sentido hacer una película
testimonial, me parecía que era más adecuado hacerla desde el punto
de vista de hoy, tratar de hacer una reflexión sobre lo que sucedió
en aquellos días, pero también sobre cómo han evolucionado esos
personajes posteriormente y sobre las razones de una especie de
desmemoria colectiva que a mí me parece especialmente preocupante
[...]
La película no trata de ETA ni del
FRAP. Sólo trata de una época en la que se podía fusilar a la
gente. No se cuenta la vida de nadie, tampoco es una crónica fiel
de los acontecimientos.
Pero nuestra historia es verdadera
aunque no haya ocurrido en realidad [...] Reconstruir tal cual los
fusilamientos de 1975 me temo que no diría nada a las nuevas
generaciones que, por ejemplo, no saben que era el FRAP. Por eso,
en la película hablamos de los fusilamientos de tres chicos, en
lugar de cinco, y no damos siglas. Todo gira alrededor de una
historia de amor [...] La película transcurre en tres épocas
diferentes: el año 1975, en que éramos infinitamente desgraciados;
un año después, en que parecía que todos íbamos a ser infinitamente
felices, y ahora, que parece que estamos muertos. La conversación
que mantienen en el tren los dos personajes protagonistas se
convierte en una especie de metáfora. El hecho de que dos personas
tan radicalmente distintas en el pasado sean capaces de mantener
esta conversación en el presente, dice mucho acerca de la reciente
evolución de determinadas personas.
JOSÉ LUIS GARCÍA SÁNCHEZ