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jueves, 15 de noviembre de 2012

Shangay.com. Comienza el viaje para "El último Jinete".

PORTADA REVISTA SHANGAY - EL ÚLTIMO JINETENo es habitual que Madrid sea testigo del estreno mundial de un musical como El último jinete. Un ambicioso proyecto en el que trabaja contrarreloj un amplio equipo comandado por Víctor Conde, su director, que nos desvela las principales claves del espectáculo.

Érase una vez un joven beduino llamado Tirad, cuyo sueño era encontrar el caballo con el que cabalgar hacia la gloria. No un caballo cualquiera, sino el que también le eligiera a él como jinete. Pues una antigua leyenda del desierto afirma que cada hombre está predestinado a encontrarse con el caballo de su vida. En los últimos coletazos del siglo XIX, Tirad recorrerá medio mundo persiguiendo al que siente que está predestinado a acompañarle en su camino, de Arabia a Egipto, y de allí a Inglaterra, en un viaje repleto de aventuras, en el que se cruzará con una espiritual poetisa, una guerrera dama británica, camellos danzantes, guerreros y hasta langostas parlanchinas. ¿Un cuento chino? No, más bien la sinopsis de un nuevo musical, con espíritu de fábula, concebido y creado en nuestro país. Un reto insólito en los tiempos que corren, propiciado por el productor Andrés Vicente Gómez, un veterano del cine español seducido ahora, como todos lo estamos, por el mundo del musical. Su primera apuesta no es precisamente pequeña, y se lanza a lo grande gracias a la ayuda de inversores de Oriente Medio. "Esto te lo contaría con más detalle Andrés", nos explica Víctor Conde, el atareadísimo director del musical, que aprovecha un descanso de los ensayos para atendernos. "Pero él se fue allí buscando financiación para una película de animación, y uno de los inversores le propuso crear un musical cuyo trasfondo histórico fuese el nacimiento del reino de Arabia Saudí. De ahí que algunos de los personajes que aparezcan sean reales, aunque nuestros protagonistas son ficticios".

Menuda novedad

El reto es grande, pero la capacidad para crear resulta infinita, y eso es lo que más motiva a todos los involucrados. "Es un espectáculo completamente nuevo, no está basado ni en una película ni en un libro". Que lleguemos vírgenes como espectadores a un musical también es muy estimulante para los amantes del género. "Estamos probándolo todo día a día, introduciendo cambios según ensayamos. Es que no tenemos ningún precedente". Hace más de un año, Andrés Vicente Gómez le ofreció la posibilidad de dirigir El último jinete a Víctor Conde, que tardó muy poco en decir que sí. "Ya había un primer boceto de libreto de Ray Loriga. Me pareció que sería un musical muy diferente a todos los que estamos acostumbrados a ver. Con un componente místico y poético nada frecuente". La misión de Loriga era crear una fábula basada en hechos de la historia de Arabia Saudí y en su poesía oral, y el escritor y cineasta se dejó llevar por una aventura que empieza donde terminaba la de Lawrence de Arabia. "Los actores, cuando leyeron el texto por primera vez, se sorprendieron mucho. Decían que nunca habían trabajado en un musical en donde los diálogos pareciesen de Shakespeare...".

Conde tuvo claro enseguida qué quería crear: "Un espectáculo musical de aventuras, con romance y misterio. A caballo entre las viejas películas de Michael Curtiz con Errol Flynn y las de aventuras de los 80 como La princesa prometida y El imperio contraataca. Me entusiasma la idea". Nueve millones de euros de presupuesto para poner patas arriba, literalmente, a un reparto que se está curtiendo en disciplinas como lucha escénica, esgrima y vuelo. "Las primeras semanas de ensayos fueron como ir a la escuela; tenían que aprender a manejar las espadas y otras muchas cosas que normalmente un actor de musical no necesita hacer". Víctor Conde, que ha trabajado en musicales de pequeño formato como Pegados y en otros inmensos como Los miserables, también ha realizado su aprendizaje personal. "He tenido que aprender a confiar en un equipo artístico en el que caben profesores de esgrima y técnicos de vuelos. Como soy un loco de las películas de aventuras clásicas, tenía claro el estilo que debía tener el musical, entre Robin Hood y En busca del arca perdida. Por otra parte, jugamos con toda la imaginería de la Arabia antigua, tan mágica. Combinar sus escenarios con los del Londres victoriano, donde se desarrolla parte de la acción, y mezclar el misticismo árabe con la estética victoriana ha dado como resultado algo muy curioso y diferente".

A cantar

Pilar básico de este espectáculo repleto de exotismo es, obviamente su música, toda original. No deja de resultar precisamente exótica la combinación de dos autores muy diferentes entre sí para crearla, John Cameron y Albert Hammond. El primero, con una laureada experiencia en el género por ser el arreglista original de Los miserables. El segundo, por su trayectoria pop. "Hammond ha compuesto, entre otras muchas canciones, One Moment In Time de Whitney Houston", recuerda Conde. "Es alucinante verle en los ensayos al piano, componiendo y arreglando las canciones. Él aporta el lado más pop y comercial, y John, su gran conocimiento del lenguaje del teatro musical. La combinación es muy interesante, sus dos mundos conviven perfectamente dentro del espectáculo". Una de las canciones firmadas por Albert Hammond, The Girl Has Everything, la estrenó Susan Egan el pasado 25 de septiembre en el concierto que dio en Madrid. La Belle original de La Bella y la Bestia en Broadway se mostró emocionada por el privilegio de ser la primera en interpretarla en un escenario y no dudó en afirmar que estaba segura del potencial de un tema así. Un modo estupendo de empezar a calentar motores de cara al estreno. "Al escucharla por primera vez ante el público confirmé el impacto emocional que tiene esa canción. Y que me dijera lo mucho que había disfrutado ensayándola me dio confianza".

Contra todo riesgo

Víctor Conde se muestra confiado, a la vez que cauto, ante el enorme riesgo que supone el estreno mundial de este musical en Madrid. "Siempre es una buena noticia que se desarrollen musicales originales, y pienso que todos los amantes del género también piensan así". Albert Boadella se mostró igual de entusiasmado y le ofreció a Andrés Vicente Gómez un espacio público, los Teatros del Canal, para estrenarlo. Por cuestiones de programación, solamente se representará durante un mes, hasta el 6 de enero de 2013. Aunque lógicamente todo el equipo sueña con que el éxito obligue a buscar otro teatro para continuar representándolo. Además, está previsto que en un corto plazo de tiempo The Last Horseman encuentre su hueco en el West End londinense. "Se trabajó en ambas versiones, la castellana y la inglesa, según se iba creando", desvela Víctor. Aunque de momento no quiere ni pensar en la posibilidad de dirigir también el montaje en Londres. Bastante estrés tiene encima. Lo que recalca es que, del primero al último, los involucrados comparten una ilusión especial, la de saber que lo que están preparando no se ha visto antes. "Todos nos sentimos parte de la creación, los artistas y técnicos involucrados están aportando su grano de arena al proceso. Es algo muy bonito". Y cuanto más dure la ilusión, mejor. "Fíjate, yo monté La ratonera para un impasse de un teatro y ahora cumple su cuarta temporada en Madrid, algo que nunca habríamos pensado. Mejor no hacer planes y dejar que sea el montaje el que mande, porque todos tienen vida propia. El último jinete nos dirá hacia dónde va".

Confiesa el director del montaje que los nervios pre estreno le convierten por momentos en una persona "intratable". Aunque está disfrutando enormemente la experiencia, que se asemeja en cierto modo al viaje iniciático del protagonista, ese guerrero en busca de su caballo que, "como en todas las grandes historias de aventuras se convierte en la búsqueda de su destino". Una aventura en toda regla para un reparto sometido a intensos ensayos diarios. "Cuando empiecen las funciones van a estar todos en una forma física envidiable". ¿El director también? "Yo estaré muy, muy delgado, porque gasto mucha energía; pero no tendré un físico tan envidiable como ellos, me temo".

AL FRENTE DE LA AVENTURA

Tres son los personajes centrales de El último jinete, interpretados por actores con una enorme experiencia en el género musical. Su director, Víctor Conde, solo tiene buenas palabras para ellos.

Tirad (Miquel Fernández) (Foto 2).

"Miquel lleva sobre sus espaldas todo el peso del espectáculo, porque este guerrero en busca de su destino sale en cada una de las escenas. Es amigo mío desde hace años [ha participado en musicales como We Will Rock You, Hoy no me puedo levantar o Jesucristo Superstar, y estrena en cines Fin] y hay días en que me siento hasta mal porque me parece que le maltrato: le obligo a colgarse de cuerdas, al personaje le dan palizas, tiene combates de espada en los ensayos continuamente... Termina agotado a diario, pero tiene una capacidad de trabajo increíble y nunca pierde la sonrisa".

• Al Kahnsa (Marta Ribera) (Foto 3).

"Es la guía espiritual de Tirad en su viaje, la Obi-Wan Kenobi de El último jinete. Contar con Marta, una de las actrices de musical más completas y brillantes de este país [ha trabajado en West Side Story, Grease, Falsettos, Jekyll & Hyde, Cabaret...] es un lujo absoluto. Colaborar con ella me permite sentarme en los ensayos y disfrutar viéndola".

• Lady Laura (Julia Möller) (Foto 4).

"Interpreta a una dama inglesa que se hace con el caballo con el que sueña cabalgar Tirad. Un personaje inspirado en los clásicos de Maureen O'Hara y la Marion de En busca del arca perdida; una de esas mujeres de armas tomar, muy avanzada para su época. Julia es una bomba, una actriz con una gran variedad de registros, un encanto y una fuerza en escena increíbles. A nivel personal, para mí es la gran sorpresa de este espectáculo".

EL MUSICAL EL ÚLTIMO JINETE SE ESTRENA EL 5 DE DICIEMBRE EN LOS TEATROS DEL CANAL (C/CEA BERMÚDEZ, 1) DE MADRID, Y SE REPRESENTARÁ HASTA EL 6 DE ENERO.

Entrevista : AGUSTÍN GOMÉZ CASCALES.